lunes, 16 de enero de 2012

¿POR QUÉ TRIUNFAN SIEMPRE LOS MALOS?


 


LA ÉTICA BAJO MÍNIMOS
¿Por qué en la vida real triunfan siempre los malos?

La ley del más fuerte se ha extendido a todas las facetas de la vida (Corbis)
¿Es necesario tener un comportamiento éticamente reprobable para alcanzar el éxito? Esta afirmación, que no es nueva, parece acentuarse en tiempos de crisis. En multitud de ocasiones, y no solo en el ámbito laboral, son los malos los que se llevan el gato al agua. Un reciente estudio de la Universidad de Carolina del Norte explica que son los propios compañeros los que piden explicaciones a aquellas personas que se atreven a denunciar un acto poco ético y que, en la mayoría de los casos, “pasar por el aro” siempre tiene mejores resultados.
 Pasar por el aro siempre tiene mejores resultados Un empleado de una conocida consultoría española, que prefiere permanecer en el anonimato, explica a El Confidencial que “no interesa dar un ascenso a los buenos trabajadores, porque funcionan bien programando”. “Los trabajadores más ineficientes”, explica, “se quedan siempre después de su hora de salida sin hacer nada, aparentando, solo para contentar a los jefes”. Este fenómeno se conoce, en la intrincada jerga del mundo de la consultoría, como “Overtime cultural”, en contraposición al overtime, a secas, que es, en definitiva, hacer horas extras sin cobrar. Santiago Simón, antiguo consultor y profesor de la escuela de negocios ESADE, explica que "el overtime es algo tan extendido que cumplir el horario está mal visto entre los propios compañeros”.
El estudio titulado ¿Por qué los chicos buenos terminan los últimos? de la Universidad de Carolina del Norte, explica cómo las denuncias bienintencionadas de comportamientos éticamente cuestionables -como obligar a los trabajadores a hacer más horas de las estipuladas- es, por lo general, mal vista entre compañeros y jefes. El profesor de ESADE coincide con el diagnóstico del estudio: “Los comportamientos poco éticos están tan extendidos que si no quieres entrar en el juego estarás de recepcionista toda tu vida, nunca de directivo”. Simón explica como en la desaparecida consultoría Arthur Andersen, en la que trabajaba, se les decía siempre a los empleados "que tardaban demasiado tiempo en hacer sus tareas", cuando en realidad se vendían los proyectos con un tiempo estipulado mucho menor al realmente admisible, a sabiendas de la imposibilidad de cumplir los plazos. Esta práctica es común a todas las consultorías, que “solo buscan aumentar la productividad”.
La crisis, una bestia negra para la ética
La actual coyuntura económica ha hecho que la ética sea lo último de que preocuparse en la práctica empresarial. “En épocas de vacas gordas”, relata Simón, “todos somos muy éticos y nos preocupa mucho la Responsabilidad Social Corporativa, pero cuando las cosas vienen mal dadas, y las empresas están a punto de hundirse, lo que funciona es la ley del más fuerte”. “En definitiva”, concluye el profesor, “la ética es un lujo para cuando nos lo podemos permitir”. En la actualidad las empresas necesitan lo que se conoce como problem killers, personas capaces de resolver los problemas sin importar lo que haya que hacer para lograrlo. “Las empresas confían el trabajo sucio a este tipo de gente, a las que no les importa hacer sangre, y luego miran a otro lado”, explica Simón.
La ley del más fuerte y el “sálvese quien pueda” se ha extendido a todas las facetas de la vida, y preferimos ignorar los comportamientos poco éticos que nos rodean. “Si una camisa nos sale más barata y es buena”, relata Simón, “nos da igual que se haya hecho en China, donde los trabajadores no tienen los más elementales derechos, y no nos importa que tenga que cerrar una empresa textil de Sabadell”. Todos somos cómplices.
El egoísmo, una actitud bien vista
Guillermo Fouce, doctor en Psicología y profesor de psicología social en la Universidad Carlos III de Madrid, cree que los comportamientos egoístas, basados en la idea de que el hombre es un lobo para el hombre, se acentúan con la crisis, “porque nos han convencido con esta interpretación”. El profesor cree que el egoísmo, “en forma de neoliberalismo individualista”, se ha extrapolado a todas las facetas de la sociedad y “se ha acentuado de manera intencionada para justificar una política social”. ¿Qué podemos hacer frente a esto?: “La solución pasa por cooperar y tratar a nuestros competidores como iguales, es un problema de estructura de valores”
 Los comportamientos egoístas se acentúan con la crisis En un mundo cada vez más globalizado, la falta de ética se convierte en un factor económico. Países con serios incumplimientos de los derechos humanos, y unas condiciones laborales deplorables, pueden producir más barato y arruinar a las industrias y comercios de los que sí los cumplen. Es lo que opina Simón, que es claro al afirmar que: “O asumimos una situación de dumping medioambiental y social, y penalizamos a los países que incumplen las normas, o nunca seremos competitivos”. “El estado de bienestar que hemos conocido hasta ahora ha muerto definitivamente”, concluye.

viernes, 13 de enero de 2012

YA HE HECHO LOS CAMBIOS EN TEMA 9 DE FOL Y UT 8 DE AGC. BUENOS DIAS